Argentina, la nación mestiza

Persiste en nuestra cultura, un pensamiento histórico mítico: “Argentina es un país sin identidad”, algunos son europeos otros no se sabe bien que somos, y éste está en nuestro imaginario marcando vacíos y falta de valores colectivos.

El sentido de nación, como tal, se ha visto reflejado en momentos críticos de nuestra historia, o bien por fiestas como la organizada recientemente por el bicentenario de la Revolución de Mayo.

Existe una primera matriz cultural que deriva de la llegada del hombre a América, hace decenas de miles de años. El poblamiento y la adaptación a los distintos ambientes de los primeros pobladores americanos, han tenido como resultado una multiplicidad de culturas en el territorio.

Con la llegada de los conquistadores en el s. XVI, se origina el enfrentamiento entre estas dos matrices culturales y surge una tercera, que podríamos denominar matriz original hispano-indígena de la que se desprenderá nuestro verdadero perfil cultural.

A partir de la llegada de los españoles las parcialidades aborígenes atravesarán distintos procesos, por lado van a estar los que vivirán libres en la resistencia durante siglos, y por otro, los que ingresaron al mestizaje a través de la dominación blanca.

El mestizaje como tal, es la matriz original de la identidad de la nación argentina.

Entre 1857 y 1926, se dan los primeros aluviones inmigratorios generando una segunda matriz cultural en Argentina.

La dinámica cultural, promueve la inmigración y la interrelación entre diferentes núcleos poblacionales.

La cultura aborigen, preserva sus tradiciones, que no son compatibles con los demás núcleos poblacionales. Inmigrantes y criollos van desarrollando las peculiaridades sociales económicas y políticas que van a configurar una estructura productiva contraria a la de las etnias aborígenes, dando arranque al proceso de exclusión de los nativos de sus territorios ancestrales y a la exterminación en caso de resistencia.

Históricamente el modelo de ocupación rural, el latifundio, la continua expansión de las fronteras del área de cultivo y las transformaciones territoriales por demanda del mercado mundial, han transformado a las culturas nativas.

Así, una parte significativa de los investigadores y académicos que se han especializado en el tema sostienen que la relación de los pueblos originarios con los conquistadores españoles, primero, y con el Estado nacional, a partir de mediados del siglo XIX, ha estado definida por el sojuzgamiento militar, el etnocidio, la expulsión o incorporación al sistema de expansión agrícola-ganadero y agroindustrial de los sobrevivientes, de acuerdo al modelo de desarrollo económico preponderante en cada región. Todo ello en sintonía con el intento de aculturación mediante distintos programas estatales y de evangelización y cuyas consecuencias se observan en la des-estructuración de las modalidades prototípicas de organización social, política y económica, la expropiación territorial y la degradación, cuando no la depredación de los recursos naturales que configuraron su base de sustentación económica y sociocultural”

(Trinchero, 1987; Trinchero, Piccinini y Gordillo, 1992; Balazote y Radovich, 1992; Vázquez, 2000; Hidalgo y Tamagno, 1992; Bechis, 1992; Golluscio, 2002).

martes, 9 de noviembre de 2010

Los colores de la Wiphala

LOS COLORES SIGNIFICAN:
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ROJO; representa al planeta tierra (aka-pacha), es la expresión del hombre andino, en el desarrollo intelectual, es la filosofía cósmica en el pensamiento y el conocimiento de los AMAWTAS.
NARANJA; representa la sociedad y la cultura, es la expresión de la cultura, también expresa la preservación y procreación de la especie humana, considerada como la más preciada riqueza patrimonial de la nación, es la salud y la medicina, la formación y la educación, la práctica cultural de la juventud dinámica.
AMARILLO; representa la energía y fuerza (ch'ama-pacha), es la expresión de los principios morales del hombre andino, es la doctrina del Pacha-kama y Pacha-mama: la dualidad (chacha-warmi) son las leyes y normas, la práctica colectivista de hermandad y solidaridad humana.
BLANCO; representa al tiempo y a la dialéctica (jaya-pacha), es la expresión del desarrollo y la transformación permanente del QULLANA MARKA sobre los Andes, el desarrollo de la ciencia y la tecnologia, el arte, el trabajo intelectual y manual que genera la reciprocidad y armonia dentro la estructura comunitaria.
VERDE; representa la economia y la producción andina, es el símbolo de las riquezas naturales, de la superficie y el subsuelo, representa, tierra y territorio, asi mismo la produeción agropecuaria, la flora y fauna, los yacimientos hidrológicos y mineralógicos.
AZUL; representa al espacio cósmico, al infinito (araxa- pacha), es la expresión de los sistemas estelares del universo y los efectos naturales que se sienten sobre la tierra, es la astronomía y la física, la organización socio económica, político y cultural, es la ley de la gravedad, de las dimensiones y fenómenos naturales.
VIOLETA; representa a la política y la ideologia andina, es la expresión del poder comunitario y armónico de los Andes, el Instrumento del estado, como una instancia superior, lo que es la estructura del poder; las organizaciones, sociales, económicas y culturales y la administración del pueblo y del pais. 
Nuestros Emblemas Regionales

La palabra Wiphala tiene su origen de las palabras aymaras “Wiphay” que es una expresión de alegría y “phalax”, que es el sonido producido por el flamear de una bandera.

Wiphalas de los cuatro suyus

Cada región del territorio andino tiene su propia Wiphala con el color que le corresponde:

Antisuyu : Verde

Cuntisuyu: Amarillo

Qullasuyu: Blanco

Chinchaysuyu: Rojo
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También cada región o Suyu tiene su Wiphala de 49 cuadraditos, identificado por el color de la diagonal (de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo), atribuido a cada Suyu.



Wiphala de 49 cuadraditos

Cada color tiene su significado. La Wiphala no solo es una bandera, es también la representación del calendario luni-solar de las Naciones Originarias Andinas.

La Wiphala, presente en cada evento comunitario y en ceremonias, identifica el sistema comunitario de los Andes basado en la equidad,igualdad, armonía, solidaridad y reciprocidad.

Es además un símbolo de resistencia de las Naciones Originarias, su uso fué considerado ilegal por las Repúblicas, pero hoy en día flamea como nunca en las Naciones Originarias. Es, una más de las numerosas manifestaciones de la llegada de la era del Pachakuti, el retorno a la tierra sin mal.

Educacion intercultural bilingüe en America Latina

Educación intercultural bilingüe en América Latina

Por Carolina Gamazo y Geovanni Contreras

 
La necesidad de impulsar una educación acorde a la realidad de las niñas y niños indígenas fue una de las demandas que se planteó en el IX Encuentro de Educación Intercultural Bilingüe en América Latina, celebrado Antigua Guatemala, Sacatepéquez.
Han participado 300 representantes de varios países latinoamericanos que discutieron aspectos relacionados con la educación bilingüe.
“Yo crecí en una aldea de Quetzaltenango. Mis papás eran analfabetos y agricultores. En mis primeros años de ir a la escuela, mi mundo era diferente al que el sistema educativo planteaba”, aseguró José Martín Yac, experto en niñez y adolescencia indígena, durante la última ponencia del encuentro.
Esa situación, según el experto, merma la autoestima de los niños que se sienten inferiores por no poder expresarse en el idioma impuesto en las aulas ni formar parte de la realidad que se les enseña.
Lejos de objetivos
Guatemala, el segundo país latinoamericano con mayor presencia indígena, después de Bolivia, todavía se encuentra lejos de ofrecer a los niños una educación acorde a sus necesidades y cosmovisión.
Se trató la necesidad de reconocer la identidad de los pueblos indígenas dentro del Estado, como requisito para que los niños se sientan guatemaltecos, además de indígenas.
Igualmente, recalcó la importancia de una educación intercultural que involucre también a los jóvenes del área urbana, lo cual es necesario para implementar una identidad intercultural real en el país y que no quede sólo como un discurso del Estado.
En ese sentido, se pusieron como ejemplo las acciones emprendidas por el Gobierno de Bolivia, que ha pasado a ofrecer una educación intracultural, intercultural y plurilingüe.
“Resulta necesario implementar procesos de interculturalidad que impliquen una revitalización y fortalecimiento de lo étnico-cultural, como una recuperación de la lengua y la historia propias”, aseguró Guido Machaca, de Bolivia.
“En la escuela nos decían que hablando nuestro idioma íbamos a ser pobres toda la vida, y hablando castellano progresaríamos; ahí nos mintieron”, afirmó Pedro Moyé Noza, también procedente de Bolivia.
Relectura de la historia
“La historia gira en torno a los vencedores, y no se contempla a los héroes indígenas, lo que contribuye a mermar la autoestima de los niños”, expuso Machacá.
Adriana Serrudo, de Argentina, agregó la importancia de enseñar una historia que no se encuentre basada en la visión europea, que deja de lado los avances logrados por los pueblos americanos antes de la Conquista.
Señalan retos de educación intercultural
Representantes de los pueblos indígenas guatemaltecos intercambiaron con invitados latinoamericanos las experiencias, logros y fracasos que sus países han tenido en cuanto a la educación intercultural bilingüe (EIB).
Demetrio Cojtí, experto en educación, aseguró que en el país falta un modelo de Estado en el cual concurran todos los sectores, el cual no quedó establecido en los acuerdos de paz.
“El Estado no cambió sus estructuras. Es políticamente correcto hablar de multi, inter e inclusión, pero si no hay cambios de estructura en el Estado que incluya a los pueblos indígenas como sujetos de derecho, no serán tomados en cuenta como debe ser”, opinó Cojtí.
El viceministro de Educación Bilingüe, Jorge Raymundo, expuso que el primer reto por vencer es que, como sociedad, debe reconocerse a Guatemala como un país diverso.
Añadió: “En primer lugar debemos reconocer de una vez por todas que como un país diverso tenemos derecho de existir como tales, para que todos tengamos la misma oportunidad, y con nuestras propias fortalezas de cada uno de los pueblos que formamos el país”.
Nelda Arzú, originaria de Puerto Barrios, Izabal, del pueblo garífuna, resaltó que los integrantes de cada cultura deben valorarse y conocer la historia de cada etnia.
“Si nosotros apreciamos y sabemos lo que nos corresponde como parte de una etnia en particular, fortalecemos nuestra identidad y eso nos permite tener los valores más cimentados para poderlos compartir con otros”, apuntó Arzú.
No es cuestión de puestos
Los expertos coinciden en que no es suficiente con que hombres o mujeres indígenas ocupen un cargo público, en el Ejecutivo o en el Congreso, si esa representatividad no trasciende.
“No se trata de darle un cargo a un indígena porque sí; se trata de darle espacio de voz a los pueblos, para entender sus necesidades. Por ejemplo, no se puede manejar un Congreso en donde no hubiera indígenas y que traten de interpretar cuáles son las necesidades y visiones de los pueblos”, expresó Anabella Giracca, directora del Instituto de Lingüística e Interculturalidad de la Universidad Rafael Landívar.
Agregó que hace falta la profesionalización y actualización docente, para que los maestros se comprometan con la EIB, pero respetando el idioma y la visión de cada pueblo.
“El idioma es la herramienta de aprendizaje. ¿Cómo va uno a aprender cosas del mundo en una herramienta ajena?”, señaló.
Cojtí, quien también fue viceministro de Educación, durante el gobierno de Alfonso Portillo, aseguró que indígenas en cargos públicos “sí ayuda”, pero termina siendo algo simbólico.
Mientras que el viceministro Raymundo subrayó que debe haber oportunidad de ocupar no solo cargos relacionados con lo cultural y educativo, “sino también en otros campos, como la economía y finanzas”

Masiva marcha de Pueblos Originarios en el Bicentenario

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Desde distintos puntos del país, comunidades indígenas protagonizaron una multitudinaria movilización que llegó hasta Plaza de Mayo. En vísperas de la conmemoración por los 200 años de la patria, reclamaron la conformación de un Estado plurinacional y el reconocimiento de sus derechos ancestrales. (Vea el video)
Hoy, la Marcha Nacional de Pueblos Originarios llegó a Buenos Aires en una masiva convocatoria que confluyó a más de 30 comunidades indígenas, las cuales arribaron desde distintos puntos del país para reclamar la conformación de un Estado plurinacional, el reconocimiento de sus derechos y la protección de su cultura e idioma, entre otras reinvidicaciones ancestrales.

En horas de la tarde, la multitudinaria columna llegó a Plaza de Mayo, donde culminó el camino que sus integrantes comenzaron a recorrer el pasado 12 de mayo, desde sus respectivas provincias. Agrupados bajo el lema "Caminando por la Verdad hacia un Estado plurinacional", los pueblos kolla, mapuche, qom-toba, diaguita, lule, huarpe, wichí, mocoví y guaraní, se reunieron en pleno centro de la capital "para reconstruir el diálogo político con el Estado argentino", según argumentaron los organizadores en un comunicado. En tanto, por la noche, esperaban ser recibidos por la presidenta Cristina Fernández, siendo representados por Milagro Sala, líder jujeña de la agrupación Tupac Amaru.

De esta forma, Huayna Tuzzi, representante de los pueblos originarios, manifestó que “ningún gobernante puede garantizar un verdadero proceso de cambio si no está en la conciencia del pueblo organizado, esto tiene que ver con un Estado plurinacional, pluricultural y pluriétnico, porque para nosotros todavía existe la colonización, queremos que a nuestros hermanos realmente se los tome en cuenta. Somos todos originarios de la Pachamama”.

Asimismo, en dialogo con este medio, afirmó que el reclamo de su comunidad también tiene un interés de conservación del medio ambiente. “La Madre Tierra está en peligro. Queremos que se termine la contaminación de la tierra, de la cual son responsables las mineras, las sojeras, con el apoyo de los gobiernos, queremos que esto se termine. Y no es solamente criticar, cada hombre y cada mujer, tiene que tomar su lugar de lucha”, expresó.

A días de los festejos por el 25 de Mayo, esta manifestación le dio visibilidad a un sector relegado por la sociedad. Así lo consideró el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, quien explicó que en estos 200 años, la Patria adeuda “el derecho de los pueblos originarios a la tierra, la educación, la salud, a la biodiversidad, también a que el país se reconozca como un país plurinacional”. A su vez, Pérez Esquivel agregó: “Porque aquí siempre se marginó a los pueblos originarios y ahora estamos viviendo un momento muy importante: que se los reconozca como parte integral del pueblo argentino. En este Bicentenario no tenemos que festejar, pero sí reflexionar sobre los valores que crearon nuestra identidad como país y el reconocimiento a los pueblos originarios”.

Con respecto al recibimiento de la presidenta a los representantes indígenas, el premio Nobel de la Paz advirtió que “los gobiernos tienen que involucrarse, porque no puede ser que los pueblos originarios estén reconocidos en la constitución nacional y después no los reconocen y les continúan quitando las tierras.Les están robando la biodiversidad, haciendo grandes desmontes...entonces uno se pregunta qué país tenemos y queremos”, concluyó, dejando un interrogatorio abierto en vísperas de una fecha histórica. 

Entrevista a Felipe Pigna: el de Octubre un festejo insostenible

Entrevista a Felipe Pigna: el 12 de Octubre, un festejo insostenible

Por Leandro Rosso

 
Así expresó el historiador argentino más destacado de los últimos años, Felipe Pigna, en una entrevista exclusiva que le brindó a El Atlántico; su claro rechazo al 12 de octubre como día de celebración por el descubrimiento del continente americano.
Cinco siglos y 17 años después de tal suceso y del inicio de una etapa nueva para América, El Atlántico entrevistó a uno de los historiadores contemporáneos más importantes del país, Felipe Pigna, quien brindó apreciaciones sobre esta fecha, sus consecuencias en el territorio argentino y su opinión sobre la actualidad de los pueblos originarios de nuestro país.

-  ¿Es válido señalar que el 12 de Octubre simboliza el genocidio más grande en la historia de la humanidad?
-  La historia está tan llena de horrores que resulta un tanto temeraria la afirmación, pero seguramente estamos hablando de uno de los más grandes con 80 millones de muertos en tres siglos.
- Si el Día de la Raza fue instituido supuestamente para unir aquellos pueblos o países que tienen en común la lengua, el origen o la religión, podría considerarse entonces esta fecha como ocasión para detenerse a pensar y ver qué sucedió. A partir de allí, podría decirse que el encuentro permitió que América recibiera un gran legado cultural, de adelantos y de expresiones artísticas no sólo occidentales sino también orientales y que Europa percibiera la riqueza cultural, los avances, el ingenio y el arte del Nuevo Mundo. Hubo una gran diferencia entre lo que se llevó uno y otro continente. ¿Qué se ha hecho para reparar y equilibrar eso?
-  Nadie niega el aporte cultural occidental y la herencia oriental recibida por los españoles tras ocho siglos de ocupación islámica y en parte trasladada a América. Lo que se cuestiona es la metodología de aculturación elegida por los invasores-conquistadores: el asesinato en masa, la imposición de una religión, basada en el amor, a sangre y fuego. Los españoles despreciaron durante siglos todo lo que tuviese que ver con la cultura americana. El ejemplo más evidente es la fundición en lingotes de maravillosas piezas de oro y plata incaicas entregadas como rescate por el secuestro de Atahualpa. Otra muestra de la barbarie de los invasores fue la destrucción de templos enteros y la edificación sobre sus bases de sus edificios administrativos en Iglesias. El terremoto de 1950 en Cuzco destruyó una parte importante de la edificación colonial pero la base incaica permaneció inconmovible.
- A fines de la década del 90 un grupo de diputados argentinos presentó un proyecto de ley para derogar el “decreto presidencial del 4 de octubre de 1917 por el cual se instituye el 12 de octubre como Día de la Raza”. ¿Por qué cree que no próspero hasta ahora tal pedido?
-  Creo que por la presión de los diferentes gobiernos españoles y de las jerarquías conservadoras de la Iglesia Católica. Pero se hace insostenible este “festejo”, es algo ofensivo para nuestra identidad y un muy mal ejemplo para las nuevas generaciones porque se está celebrando el genocidio, el robo, el saqueo, el secuestro y el asesinato en masa. Hace varios años propuse terminar con el 12 de octubre y celebrar, ahí si celebrar, un día de la lengua y la cultura hispanoamericana donde rindamos homenaje a Cervantes, a Quevedo, a Góngora, a Bartolomé de las Casas, a Miguel Hernández, a Machado y a tantos otros y no a los Pizarros, los Colón, los Cortés, los Mendoza.
- Hay una hipótesis que señala que el avance social dispar de la región sudamericana frente a la europea se debe a los 500 años de civilización existentes en Sudamérica y los más de 2000 -por citar el mínimo del calendario occidental cristiano- que hay en Europa. ¿Esta opción se ve totalmente refutada al comprobar la realidad de otras zonas geográficas como EEUU o Australia, que tienen la misma cantidad de años de desarrollo que Sudamérica, o bien la diferencia en el tiempo efectivamente influye?
-  Este tipo de pensamiento es absolutamente simplificador y no tiene en cuenta las múltiples variables que determinan el desarrollo o no de una determinada región. Europa fue durante los últimos cinco siglos un continente extractor de divisas y recursos naturales, muchos de ellos no renovables, de nuestro continente. También colocó aquí sus sobrantes de producción y población bajando notablemente su nivel de conflictividad social y mejorando su calidad de vida. América Latina fue saqueada, obviamente con el visto bueno de gobiernos socios y cómplices de los saqueadores a los que se sumaron en los siglos XIX y XX los Estados Unidos. Este “detalle” no puede ser pasado por alto y aceptar el discurso hipócrita de los eurocentristas que pretenden que la comparación sea “igual a igual”. Esto es inaceptable.
- ¿Cuál podría ser la explicación teórica que pueda brindarse sobre aquella frase que hace referencia al descubrimiento de América por parte de los europeos y que señala una situación opuesta: quién descubrió a quién?
-  El término es absurdo por donde se mire pero expresa muy claramente una de las bases del eurocentrismo: las cosas comienzan a existir cuando ellos las “descubren”. Y también es absurdo porque Colón murió en la absoluta ignorancia de haber “descubierto” un continente “nuevo”, sigue pensando que llegó al Japón, China y la India.
- ¿Hubo sistemas socio-productivos en los grandes imperios precolombinos que implicaron formas de explotación a otros pueblos nativos? Si esto es así, ¿cuál es la diferencia entre esos sistemas y el aplicado por los europeos durante la conquista de América?
-  Todos los pueblos europeos aplicaron sistemas de conquista y dominación y gran parte de la historia del “viejo continente” está escrita en base a estos dominios y cambios de dominios, exterminios de población e imposición de la lengua y la religión. Eso pasó en América en mucha menor escala con los grandes imperios que dominaron a pueblos vecinos y los sometieron. Pero a ningún europeo se le ocurriría pensar que su pasado habilitaba a una potencia extra-continental a dominar al conjunto e imponer su poder a toda la región. Lo mismo es válido para América. Nadie justifica la política opresiva de aztecas e incas que de ninguna manera deben servir de excusa para justificar la barbarie de la invasión española.
- Teniendo en cuenta que los Pueblos Originarios de nuestro país son los “perdedores” en nuestro pasado histórico, ¿cree posible una integración a la sociedad nacional que respete su cultura, o siempre serán marginales a cualquier proyecto de país?
-  Creo que así son visualizados, como los perdedores y en cierta forma su situación actual ratifica esa visión. Tras tantos años de despojo y querer hacerlos desaparecer de la historia y de la vida nacional. En los manuales escolares las referencias a ellos son en tiempo pasado: los Mapuches “habitaban” la región del Neuquén y Río Negro. Lo semántico es clave en estos casos. Creo imprescindible su integración, su reivindicación histórica y la devolución de sus propiedades históricas, le pese a quien le pese, es una obligación para con la historia y la justicia.
- La legislación nacional en los últimos años ha contemplado reformas que en la letra son importantes. ¿Usted cree que las nuevas normas son respetadas por los gobiernos?
-  Muy relativamente y este respeto es proporcional al nivel de organización que han alcanzado los hermanos. No es lo mismo el Chaco que Neuquén, donde la organización mapuche es muy fuerte e influyente.
- ¿La educación intercultural bilingüe es un medio de integración válido?
-  Absolutamente, pero en general es boicoteada y a pesar de ello hace unos años una escuela bilingüe Wichi fue elegida la mejor primaria estatal del país.
- ¿Por qué cree que la relación pobreza-indígena es casi una síntesis que expresa la realidad del presente de los pueblos originarios?
-  Es un punto clave de la vinculación discurso histórico, discurso periodístico. Uno es obviamente continuidad del otro y ambos hacen hincapié en la “indolencia” indígena, el abandono, la “vagancia”, pasando muy deshonestamente por alto que fueron saqueados, les robaron sus tierras y elementos de producción y los enviaron a “reservas” en zonas generalmente improductivas. A eso se le suma la discriminación en lo laboral y en lo social. Echarle la culpa a la víctima no es ninguna novedad.
- ¿Qué opina de la postura de algunos historiadores que critican la actividad militante por sus derechos de las poblaciones Mapuches tildándolas de “chilenos” o de actuar en función de presuntos derechos del país hermano?
-  Es absolutamente falso y no vale la pena abundar demasiado en replicar discursos absurdos.
- ¿Es posible pensar en un territorio “Araucano” que sume partes territoriales de Argentina y Chile que ellos habitaban antes de la llegada de la conquista?
-  Seguramente sería muy complicado, pero antes de la conquista, la cordillera no era una barrera y la nación mapuche era una región que incluía a Chile y Argentina.
- Esta contradicción entre los “Estado - Nación” contemporáneos en América Latina y los viejos territorios de los Pueblos Originarios, ¿es ya un hecho imposible de modificar?
-  Creo que es muy difícil, como decía, hay muchos intereses en juego.
- La realidad de países como Bolivia o Ecuador marca que el peso demográfico de los Pueblos Originarios es mayoritario. ¿Cómo pueden trasladarse esas experiencias a nuestra realidad?
-  No creo que pueda hacerse tal traslación. Son tradiciones muy diversas y entraríamos en un terreno especulativo ajeno a la historia. Pero creo entender la pregunta por la contraria. De todas maneras es importante recordar que la reivindicación de lo indígena en aquellos países es extremadamente reciente y sigue contando con fuertes resistencias de los sectores más poderosos de la economía que siguen aplicando criterios racistas a la política. Creo que hay mucho por hacer en América Latina en general y me parece que el ejemplo de Bolivia es muy digno y ejemplar. La realidad argentina es distinta pero es fundamental recordar que los pueblos originarios constituyen, por decirlo así, la primera “minoría” étnica de nuestro país con más de un millón de hermanos y como tales deben ser tenidos en cuenta y debe recordarse que se les debe una reparación histórica y económica.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Tonocotes

Primeros pobladores

En Santiago del Estero se asentaron 5 etnias antes de la llegada de los españoles las tierras estaban densamente pobladas y cada una de ellas tenía una procedencia, una forma de vida y una lengua distinta. Los conquistadores no vieron diferencias entre estas y los denominaron “Los Juríes”, la región también fue conocida con ese nombre.
Los grupos eran: Lules Vilelas, Tonocotés, Guaycurúes/Abipones, Cacanos Diaguitas y Sarabiniones. Los más importantes fueron los dos primeros.
Los Lules Vilelas provenían de la zona del chaco, fueron ingresando al territorio y dominado sobre los habitantes, los
Los Tonocotés habitaron la mesopotámica santiagueña entre los ríos Salado y Dulce, eran de origen brasílido y tenían influencia diaguita.
Los Saravirones se ubicaban al sur de los Tonocotés, llegando hasta la laguna Mar Chiquita, su origen posiblemente huarpido chaqueño, mezclado con brasílido.
Los Guaycurúes, son de origen chaqueño y penetraron a Santiago por el noreste santiagueño.


martes, 12 de octubre de 2010

Mocovies

Guaraníes

Huarpes

Mapuches

Diaguita

Kollas

Charrua

Tobas

Pilaga

Wichi

Tonocotes

Los 

Los Habitantes originarios de Sntiago del Estero, fueron llegando  a estos territiorio porque oaoaoaoaoa
Persiste en nuestra cultura, un pensamiento histórico mítico: “Argentina es un país sin identidad”, algunos son europeos otros no se sabe bien que somos, y éste está en nuestro imaginario marcando vacíos y falta de valores colectivos.
El sentido de nación, como tal, se ha visto reflejado en momentos críticos de nuestra historia, o bien por fiestas como la organizada recientemente por el bicentenario de la Revolución de Mayo.
Existe una primera matriz cultural que deriva de la llegada del hombre a América, hace decenas de miles de años. El poblamiento y la adaptación a los distintos ambientes de los primeros pobladores americanos, han tenido como resultado una multiplicidad de culturas en el territorio.
Con la llegada de los conquistadores en el s. XVI, se origina el enfrentamiento entre estas dos matrices culturales y surge una tercera, que podríamos denominar matriz original hispano-indígena de la que se desprenderá nuestro verdadero perfil cultural.
A partir de la llegada de los españoles las parcialidades aborígenes atravesarán distintos procesos, por lado van a estar los que vivirán libres en la resistencia durante siglos, y por otro, los que ingresaron al mestizaje a través de la dominación blanca.
El mestizaje como tal, es la matriz original de la identidad de la nación argentina.
Entre 1857 y 1926, se dan los primeros aluviones inmigratorios generando una segunda matriz cultural en Argentina.
La dinámica cultural, promueve la inmigración y la interrelación entre diferentes núcleos poblacionales. La cultura aborigen, preserva sus tradiciones, que no son compatibles con los demás núcleos poblacionales. Inmigrantes y criollos van desarrollando las peculiaridades sociales económicas y políticas que van a configurar una estructura productiva contraria a la de las etnias aborígenes, dando arranque al proceso de exclusión de los nativos de sus territorios ancestrales y a la exterminación en caso de resistencia. Históricamente el modelo de ocupación rural, el latifundio, la continua expansión de las fronteras del área de cultivo y las transformaciones territoriales por demanda del mercado mundial, han transformado a las culturas nativas.


Así, una parte significativa de los investigadores y académicos que se han especializado en el tema sostienen que la relación de los pueblos originarios con los conquistadores españoles, primero, y con el Estado nacional, a partir de mediados del siglo XIX, ha estado definida por el sojuzgamiento militar, el etnocidio, la expulsión o incorporación al sistema de expansión agrícola-ganadero y agroindustrial de los sobrevivientes, de acuerdo al modelo de desarrollo económico preponderante en cada región. Todo ello en sintonía con el intento de aculturación mediante distintos programas estatales y de evangelización y cuyas consecuencias se observan en la des-estructuración de las modalidades prototípicas de organización social, política y económica, la expropiación territorial y la degradación, cuando no la depredación de los recursos naturales que configuraron su base de sustentación económica y sociocultural”
(Trinchero, 1987; Trinchero, Piccinini y Gordillo, 1992; Balazote y Radovich, 1992; Vázquez, 2000; Hidalgo y Tamagno, 1992; Bechis, 1992; Golluscio, 2002).